Pintemos al mundo de un color

Pincelar uno por uno a cada corazón
es quizás aceptar a los demás,
colorear de verde a esas personas tristes
y darles un poco de celeste a los apagados
me incentiva a pintar.

Marcar líneas blancas en los corazones obscuros,
reventar una burbuja de pintura amarilla
sobre una camisa naranja
es una extraña combinación, que puede
llegar a crear un nuevo color.

Hay un color que nunca mencioné con tal
y que hoy quiero poder gritar
que entre mis manos llevo ese color
que les debe gustar, que algo les tiene
que causar.

Ese gran color, con la capacidad de tapar,
con la capacidad de llenar,
con la capacidad de decorar.
ese color que lo podemos llamar
Amor.

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