Fuertes sentimientos

No encuentro el motivo razonable por el cuál te estoy escribiendo, pero sabes que tengo un gran aprecio por vos, que siento un par de cosas y que revoloteas cotidianamente por mi cabeza.

Tu presencia es un causante de mi desorden, prefiero perder el trabajo, dejar pasar la vida antes de tenerte lejos.

Me gustas, sos una estrella que está siempre encendida y con mucha luz guía mis decisiones, me llena de fuerzas y me tapa en muchas noches frías.

Eres ese tipo de personas que al principio alcanza con verlas una vez por mes y luego es necesario verlas 25 horas diarias, por que sino la recordas, la imaginas y seguramente la intentas pintar en las paredes de tu habitación.

No es humano esconder sentimientos tan significantes como estos, tampoco es sentirlos, son tan gigantes, tan fuertes, causan tantas cosas en mi cuerpo, sinceramente son sentimientos que llevan a cabo mi vida, que la dirigen, que la comandan, son como los capitanes de un equipo, son sentimientos con mucha esencia y están llenos de amor. Pero como tengo en claro estos, tengo en claro que no puedo hacer nada con ellos, es por eso que ahora lo descubrí, te escribo por no callar.

Espero no resultar un estúpido, pero quiero besarte apasionadamente, quitarte la ropa sobre tu cama y juntos disfrutar de la noche al calor de una encendida leña. El aroma de tu pelo eriza mi cuerpo, tus preciosos ojos son sofisticados a la hora de mirarlos.

No es agradable tener que llorar por amor, siento haber fracasado en esta misión, es un karma no tenerte, no poder caminar de la mano junto a vos, no poder contar con tu ayuda y tener prohibido ver el sol.

Me encandila la oscuridad, es algo extraño, pero lloro al encontrarme solo, prendo y fumo el humo de un espiral mientras veo quemar sus propias vueltas, enciendo el equipo de música y al escuchar “Bob Marley” me acuerdo de tu voz, transcurren los minutos y a las 3 de la madrugada abro las ventanas, saco un papelillo y hasta que no me quema los labios no lo suelto, luego me acuesto en el living y duermo hasta escuchar algún día el timbre.

No tengo sensaciones, ni ganas de levantarme, mi corazón está apagado, triste y a la espera de ti… Dulce estrella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario