Y ahora me encuentro alegre
como si nada pudiera impedir
que una sonrisa tenga y sea feliz.
La multitud me señala y me juzga
pero no sabe por dentro sé vivir
y aunque quieran, no me podrán herir.
Quisiera besarte y hasta la luna regalarte.
Pero tu idiosincrasia no me permite
y el sol morirá cuando vea a
tus ojos tristes, lágrimas derramar
y a tu pequeña alma suavemente mojar.
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